Módulo I Transformaciones y Desafíos de la Educación.

La computadora nos enfrenta a dos alternativas opuestas. La primera, la “computopía” (unión de computadora y utopía) puede abrir las puertas a una sociedad del conocimiento. En cambio “si los ordenadores se utilizaran sólo con fines de automatización la sociedad controlada sería una realidad y sus consecuencias serían la alienación del género humano y la decadencia social”[1]

¿Cuál fue el objetivo inicial para la llegada de las computadoras? ¿Cuál fue el miedo de la sociedad ante el avance de la automatización, la llegada de la robótica y las computadores sin fines claros en sus comienzos o, por lo menos, conocidos por todos?
Recomiendo la lectura de Un mundo feliz de Aldous Huxley[2](1932)

[3]. La computadora, que hasta entonces había sido considerada como una amenaza para las libertades, comienza a aparecer como una herramienta de liberación y comunicación. Durante los años ochenta estas dos visiones divergentes se mantendrían si bien muchas veces los defensores y los detractores de la informática coincidían en posturas tecno-deterministas de sentido opuesto pero igualmente acríticas respecto al poder de transformación socio-cultural que se le atribuía a las tecnologías de la información y la comunicación. Algunos autores advirtieron (y aún advierten) contra el determinismo tecnológico dominante señalando que la influencia de las TIC sobre las condiciones y la organización de la vida cotidiana depende, entre otras cosas, de los usos sociales, y no sólo de las innovaciones técnicas.
Absolutamente de acuerdo, la importancia de la herramienta reside en el uso que le demos a ella. Cito a una amiga y acompañante en mi inicio en el uso de las Tics Cynthia Brodschi: el uso del martillo[4].
Dentro de los efectos de la revolución tecnológica gestada en los años setenta que repercuten en la elaboración de proyectos de SI (sociedad de la información) , es posible destacar las principales modificaciones:
- La información se convierte en insumo y en factor cardinal en la reestructuración de todos los procesos productivos. Las actividades de información y comunicación introducidas en los procesos productivos han cambiado estructuralmente estos procesos, es decir, el modo en cómo se elaboran bienes y servicios del conjunto de los sectores de la economía (no sólo los relacionados con las industrias de información y comunicación).
- El menor costo de la producción, procesamiento y transmisión de la información a escala industrial y masiva en los albores del Siglo XXI que durante todo el siglo anterior. Ello no implica que el costo del acceso disminuya en forma proporcional.
- Se incrementa exponencialmente la capacidad de producir, procesar, almacenar y enviar volúmenes cada vez mayores de información. La digitalización de los paquetes informacionales y comunicacionales permite soñar con la perspectiva de eliminar la capacidad de producción, almacenamiento, emisión o recepción de información como condicionantes de relevancia.
El acceso a la información… Ante esto nos planteamos dos interrogantes: ¿es para todos esta posibilidad o está limitada por factores económicos? Es ahí donde debería intervenir el estado, puesto que de otra forma la información sería propiedad del mercado, del mercado de consumo.
Por otra parte, el acceso a la información posibilita la apertura al conocimiento? Creemos que esto no es tan lineal. Es ahí donde entra a jugar el papel de la escuela, mediadora, orientadora, coordinadora de proyectos, con apertura a un diálogo reflexivo para potenciar la herramienta.

Para desarrollar nuestra primera pregunta, encontramos en el texto una idea con la que acordamos totalmente y su consecuencia inmediata:

"La presencia extendida de nuevos instrumentos y servicios de información ofrecerá interesantes oportunidades de construir una sociedad más justa y equilibrada y de favorecer la realización personal. La sociedad de la información cuenta con el potencial de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos europeos, de aumentar la eficacia de nuestra organización social y económica y de reforzar la cohesión" (Comisión Europea, 1994: 6).

¿Esto es real en nuestro país, en los países latinoamericanos? Observamos que no es así, que se profundizan las diferencias, se ahondan los quiebres.
"El mercado llevará la dirección y decidirá quién gana y quién pierde. Debido al poder y a la omnipresencia de la tecnología, este mercado (el de las tecnologías infocomunicacionales) tiene carácter mundial. La primera tarea de los gobiernos consistirá en proteger las fuerzas competitivas y garantizar una acogida política calurosa y duradera a la sociedad de la información, de modo que el impulso de la demanda pueda financiar el crecimiento, tal como ocurre en otros sectores" (Comisión Europea, 1994: 8).
La apelación al mercado condiciona la política de promoción del servicio universal y replantea el estatuto de servicio público que -en vastas regiones del mundo- tuvieron durante el siglo XX los bienes y servicios de comunicación pues, “la consecuencia de depender del mercado consiste en poner límites muy reales a los que la gente puede esperar alcanzar. El mercado no proporciona participación, sino consumo” (Elliott, 1987: 92).

Adherimos a las visiones planteadas por los economistas Claudio Katz (1998) o el francés Armand Mattelart (2002) advierten que la creciente segmentación social en el acceso a los bienes y servicios ofrecidos en el marco de la SI (además de ser funcional a la lógica socioeconómica dominante) expresa cuestionamientos al discurso promotor del proyecto, dado que la convergencia en tecnologías de información y comunicación tiene, en función de sus impactos productivos, determinaciones contextuales regresivas, pensadas en el marco social.
"La presencia extendida de nuevos instrumentos y servicios de información ofrecerá interesantes oportunidades de construir una sociedad más justa y equilibrada y de favorecer la realización personal. La sociedad de la información cuenta con el potencial de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos europeos, de aumentar la eficacia de nuestra organización social y económica y de reforzar la cohesión" (Comisión Europea, 1994: 6).
¿Qué era aquello de la computopía con que comenzamos nuestro trabajo? Es una utopía pensar que la SI permitirá construir una sociedad más justa y equilibrada, tanto como que favorecerá la realización personal? Es un bienintencionado discurso, que dista mucho de la realidad, porque
"El mercado llevará la dirección y decidirá quién gana y quién pierde. Debido al poder y a la omnipresencia de la tecnología, este mercado (el de las tecnologías infocomunicacionales) tiene carácter mundial. La primera tarea de los gobiernos consistirá en proteger las fuerzas competitivas y garantizar una acogida política calurosa y duradera a la sociedad de la información, de modo que el impulso de la demanda pueda financiar el crecimiento, tal como ocurre en otros sectores" (Comisión Europea, 1994: 8).
Los efectos de los cambios socioeconómicos relacionados con el modo de desarrollo informacional son marcadamente regresivos. La sociedad informacional es más excluyente que incluyente: la brecha registrada entre sectores sociales y regiones geográficas crecientemente marginados de la distribución de los beneficios generados conforme se va consolidando con el nuevo modo de desarrollo.
En América Latina, en África y en parte del continente asiático, con cierta demora respecto de la puesta en agenda gubernamental de la SI por parte de los países centrales, también los gobiernos han aplicado medidas tendientes a liberalizar sus actividades de información y comunicación con el supuesto de que ello permitiría modernizar sus infraestructuras redundando en una mejor capacidad instalada para permitir estrategias de crecimiento. No obstante, el escenario mundial contemporáneo al salto tecnológico convergente y al esbozo de proyectos de sociedad de la información, si bien ha permitido incrementar el crecimiento, también aumentó la marginación de amplios sectores sociales dentro de los países periféricos e incluso también en los países centrales, que albergan grandes bolsones de pobreza.
Por otra parte, las TIC no tienen en sí mismas capacidades intrínsecas de cambio que conduzcan inevitablemente a una mejora en las condiciones de vida de sus usuarios. No es seguro que viviremos mejor por el sólo hecho de tener acceso a más imágenes, más informaciones y más canales de comunicación. Es entonces, que comienza a intervenir la escuela…
[1] Masuda, Yonedi Computopía, 1966
[2] http://www.laeditorialvirtual.com.ar/Pages/Huxley/Huxley_MundoFeliz_01.htm
3. Ambientes contraculturales de las universidades californianas de Stanford y Berkeley a principios de la década de 1970.

[4] http://www.buenosaires.gov.ar/blog/educacion/2006/06/27/como-un-martillo/

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